¿Te acuerdas de cuándo eras como yo?

Mi madre dice que nací pegado a un balón, y como puedes ver en las fotos parece que algo de razón tiene. 

Desde pequeño recuerdo mi vida ligada al fútbol sala, lo cual ha sido la causa de algunos de los momentos más felices y también más duros de mi corta vida. 

Ser futbolista profesional tiene muchas cosas buenas, de las cuales me siento profundamente agradecido todos los días, pero creo que también debería conllevar una responsabilidad. 

En mi caso concreto, creo que es la responsabilidad de devolverle a este deporte todo lo que me ha dado, y es por ello que hace unos años me embarqué en el proyecto de presidir el club de mi pueblo, Blanca, para que todos los niños pudieran tener la oportunidad de practicar este deporte. 

Es en este punto, en el de poder guiar a los demás en su camino, en el creo que los valores de YF están más alineados con los míos. 

La pasión por emprender nuevos proyectos, la capacidad de sobreponerse a los golpes y la ambición por mejorar cada día son algunas de las cosas donde más me identifico con este proyecto. 

Todos hemos sido niños con ilusiones. 

La magia está en protegerlas y conservarlas hasta el final de nuestros días.