Tú no quieres ser libre

Hay cosas difíciles de entender en la vida, ya sea porque tardamos en cruzarnos con esas realidades o porque por mucho que las tengamos delante no queremos verlas. 

Pero si eres una persona que ha intentado emprender durante algún momento de tu vida, aunque sea en algún proyecto sencillo, seguramente te hayas dado de morros con esta dura realidad:

“Algunos no buscan la libertad, solo desean una prisión más cómoda”

Estas personas ven problemas en cada oportunidad: 

Si les ofreces algo gratis, creerán que no les aportará lo suficiente. 

Si les dices que sí que aporta, te dirán que es muy caro.

Si les rebajas el precio, te dirán que no lo tienen claro. 

Si les enseñas pruebas, te dirán que no tienen tiempo. 

Y si les dices que es corto, te dirán que seguramente esa oportunidad que les has ofrecido es una estafa. 

Estas personas tienen algo en común, y es que se pasan la vida victimizándose. 

Es mágico, pero ellos nunca tienen la culpa de lo que les ocurre. 

Siempre hay un enemigo externo al que culpar. 

Y no te preocupes, que se encargarán de culparlo, ya que esta gente se suele relacionar con otras personas que están en su misma situación. 

Pero lo realmente asombroso vendrá cuando les preguntes: ¿y tú qué es lo que quieres hacer realmente?

Porque la respuesta – si es que te la dan – siempre será algo inalcanzable. 

Esa será su principal excusa para no moverse de su situación. 

Estas personas temen a lo nuevo.

Se ahogan en la incertidumbre.

Y viven en la falsa seguridad de sus nóminas. 

La buena noticia para ti que estás leyendo esto es que lo tienes muy fácil.

Estoy convencido de que tú sí que quieres ser libre. 

Y para ello solo tienes que responsabilizarte de todo lo que te ocurre. 

Cuando logres que las excusas y los enemigos externos no formen parte de tu vida, habrás dado con la verdadera libertad.

Fran Yúfera